Cuando empiezas a escuchar música con unos auriculares o altavoces con cierta calidad, es bastante usual encontrarte con que la calidad de los archivos que utilizas para ello no es la adecuada, e incluso puede ser directamente algo que vaya en contra del disfrute musical (en vez de justo lo contrario, que es lo que debería ser).
Hoy en día, escuchar música en alta definición ha dejado de ser un lujo y ha pasado a ser casi una exigencia. Es que no hay nada como oír una canción tal como el artista decidió que debía escucharse. Debido a esto, se han ido desarrollando diversas tecnologías que nos permiten disfrutar del audio Hi-Fi. Entre ellas, están algunos formatos de audio, como el FLAC.
Antes de explicarte qué es el formato FLAC, es necesario entender un tecnicismo:

QUE ES EL BITRATE

Es la velocidad de transmisión de bits, es decir, la cantidad de bits o datos que se procesan en una determinada unidad de tiempo.

En el caso de los audios, normalmente se emplea la medida de kilobits por segundo. Por ejemplo, si ves que la música está en calidad de 256 Kbps, se entiende que hay 256 kilobits de información almacenados en cada segundo de la canción.
Como el bitrate habla de una cantidad de datos, mientras más alto sea este indicador, mayor espacio ocupará el archivo de la canción en el disco duro. Por esto, se han desarrollado estándares de compresión de audio que reduzcan el espacio de almacenamiento, entre los que se encuentra el popular MP3, que de seguro conoces.
Pero este formato, así como AAC, WMA, entre otros, al comprimir los archivos, eliminan datos que afectan la calidad del sonido, no como el formato FLAC.

QUE ES EL FORMATO FLAC


FLAC, que viene de las siglas en inglés Free Lossless Audio Codec, es un formato de archivos de audio que puede comprimirlos hasta, aproximadamente, un 50%, sin perder información, por lo que mantiene la calidad de audio fiel al archivo original.

Para que nos hagamos una idea, la música comprimida sin pérdidas es como un archivo .zip/.rar/.7z, es exactamente lo mismo que el original pero con una compresión para reducir el tamaño. Digamos que es un contenedor de audio que tiene que “extraerse” cada vez que se escucha, función que realiza el reproductor de audio utilizado de forma totalmente inocua al usuario, y al tratarse de un archivo tal cual no hay ningún tipo de pérdida en el archivo, es una reproducción exacta. Aquí tenemos por ejemplo el qué es música FLAC, lo mismo que el archivo original pero con un tamaño algo más reducido.

La música con pérdidas, por su parte, es como una imagen jpg, se pierde información para reducir el tamaño, y cada vez que se guarde el archivo volveremos a perder información, corrompiendo cada vez más. Por suerte, este tipo de archivos permiten seleccionar la calidad a la que queremos comprimir la música, afectando tanto al tamaño como a la pérdida de información, llegando desde algo claramente audible en niveles muy bajos (si hablamos del formato mp3, 96kbps o menos), hasta niveles de pérdida en los que las diferencias son prácticamente imperceptibles o tan bajos que ni siquiera pueden escucharse (en mp3, 128 kbps para los primero y formatos superiores para lo siguiente).
Recorte visible de las frecuencias más altas en un MP3 a 320KBPS.

La diferencia entre el original y un archivo MP3 a 96 Kbps es enorme, y se convierte en claramente audible.

AUDIO CON PÉRDIDAS: ¿SE NOTA?


He hecho una comparación con el audio comprimido con pérdidas y el formato jpg, y esto puede llevar a confusión en caso de que nos lo tomemos como que las diferencias son evidentes a primera escucha, como ocurre al comparar una imagen PNG y otra JPG (bueno, en este caso, a primera vista), cuando esto no tiene por qué ser así.

Como también decía en ese ejemplo, al convertir un archivo de audio a un formato con pérdidas (como puede ser MP3, OGG, AAC o WMA, entre otros) tenemos la opción de elegir a qué calidad queremos guardar estos archivos, y es aquí donde reside el quid de la cuestión.

Cogiendo como ejemplo el archiconocido formato MP3, podemos encontrarnos con archivos que vayan a 96 o incluso 64 Kbps e inferior (Kilobytes por segundo, a mayor cantidad más información por segundo tendrá el archivo, y por tanto menos información del audio original ha desaparecido), pero también otros como 128, 192, 256 o 320 Kbps. Siempre siguiendo con el ejemplo del formato MP3, un archivo de bajo bitrate (96, 64, 32 kbps…) tendrá una calidad de sonido mediocre o directamente mala, y será en muchos casos evidente en la escucha que se ha perdido información. Un archivo con un bitrate de 128 kbps puede presentar diferencias audibles, pero en la mayoría de los casos será difícil detectarlo. Archivos con un bitrate superior, si están bien comprimidos y no ha ocurrido nada fuera de lo normal, lo más probable es que sean indistinguibles del archivo original, por lo que en principio tendremos música que nos hace el mismo papel que lo que es música FLAC o en cualquier otro formato sin pérdidas.

Formatos varios y opciones de selección de calidad de los mismos

Y además, no sólo de MP3 vive el audio comprimido con pérdidas, existen otros formatos que ya hemos mencionado y que en muchos casos hacen las cosas mejor. Tenemos por ejemplo el formato OGG, posiblemente el mejor formato si queremos una copia lo más parecida a la original a costa de un tamaño algo mayor, AAC, muy eficiente con bajas tasas de bitrate y archivos de bajo peso o WMA, algo que podríamos dejar como un punto intermedio.

En definitiva, si tenemos un archivo con pérdidas pero su calidad es lo suficientemente alta y ha sido creado utilizando bien los códecs y herramientas para ello, no podremos distinguirlo de un archivo original o su copia comprimida sin pérdidas.

Se han hecho diversas pruebas ciegas entre lo que viene a ser un CD y archivos MP3, lo que es música FLAC y música MP3 y lo que son archivos con pérdida de diferentes calidades entre sí, y los resultados siempre son los mismos: no es posible distinguirlos sonoramente si la calidad es suficiente y está todo bien hecho. De hecho, uno mismo puede hacerlo perfectamente cogiendo uno de sus CD, grabar la misma canción en FLAC y en MP3, y hacer un test ABX en un reproductor como el Foobar.

ENTONCES, ¿PARA QUÉ QUIERO AUDIO SIN PÉRDIDAS? ¿QUÉ ES MÚSICA FLAC? ¿PARA QUÉ ME SIRVE?



Bueno, a pesar de todo, muchas veces vamos a necesitar volver a convertir un archivo a audio con pérdidas, o transformarlo en otro formato por los motivos que sean (compatibilidad, reducción de tamaño, modificar algún archivo de audio…), y si partimos de un archivo con pérdidas vamos a sufrir sí o sí un detrimento en la calidad que seguramente sea perceptible y, además, se convierte en algo irrecuperable.

Los archivos sin pérdida sirven para tener una base pura del audio, sin adulterar y sin ocupar lo mismo que el archivo original, y de esta forma tener siempre a mano una copia exacta de nuestra biblioteca musical o grabaciones de la que poder partir para lo que queramos o necesitemos.

Hoy en día, con la capacidad de almacenamiento de la que disponen los ordenadores o dispositivos de almacenamiento externo no es ninguna locura tener en el PC toda tu biblioeteca musical en el formato sin pérdidas como el que es la música FLAC, y a partir de ahí reconvertir dichos archivos a otros con pérdida para tus dispositivos portátiles u otros menesteres similares.

“Total Relax con mis FLAC y mi música vintage”

BUENO, ASÍ QUE ME BASTA CON TENER MIS ARCHIVOS CON UN MÍNIMO DE CALIDAD


La verdad sí. Pero a la vez, no.

Espera, espera, no sigas apuñalándome, antes deja que te explique a qué me refiero, mientras paro la hemorragia.

Sí, la respuesta en principio es que con eso está cubierto el que puedas escuchar música de forma disfrutable, sin sufrir, pero tenemos el posible problema de que muchas veces la música que uno se descarga desde el ancho mundo del Internet puede ser un archivo con pérdidas sacado de un archivo con pérdidas que se ha reconvertido de una anterior vez.

Es distinto cuando somos nosotros los que agarramos el CD, lo metemos en el ordenador y lo pasamos a un archivo que es música FLAC, música en Ogg, etc, ya que nos aseguramos de que todo se ha hecho conforme toca y que goza de la calidad suficiente para introducirlo en nuestro reproductor.

Por otro lado, hay otra cosa a tener en cuenta para asegurarse de que la calidad sonora es lo más óptima posible, y es algo que se suele pasar muy por alto ya que no resulta tan evidente como la calidad de los archivos en sí.

Estoy hablando de las diferencias que hay entre las diferentes ediciones de cada disco, y es que por contradictorio que pueda parecer, un mismo álbum puede sonar muy distinto (y mucho peor), según si estamos hablando de la primera edición que se publicó, de la que salió en Japón o en Villaberzas del Botijo, de si se trata de un “remaster 20 aniversario”, una edición remasterizada por el ingenierio de sonido Steve Hoffman o su homónimo Esteban Joéquemal, etc.

En muchas ocasiones, las reediciones actuales de muchos discos dejan mucho que desear ya que destrozan el sonido de la obra original, o por lo menos lo dejan a un nivel muy inferior en comparación a otras ediciones. Existe también el problema de que muchos álbumes recién salidos directamente tienen una grabación mediocre y no existe una versión más decente, gracias a las maravillas de la loudness war, entre otras cosas. Discos como Californication de Red Hot Chili Peppers o Death Magnetic de Metallica son utilizados de forma común como ejemplos de este problema, y presentan distorsión audible en su grabación.

Loudness War – Aumentando el volumen de las grabaciones y perdiendo con ello armónicos y rango dinámico.

De todas formas, esto son sólo pinceladas sobre estos temas de los cuales se podría hablar de forma más extendida y concreta.

Lo que debe quedar claro además de saber qué es música FLAC para poder disfrutar de nuestra música conforme toca es que hay que asegurarse por un lado de que los archivos que tenemos son genuinos y no un archivo qué es música FLAC pero que en realidad viene originalmente de un MP3 a 128 kbps y ha sido pasado a este nuevo formato porque el que lo hizo pensaba que así mágicamente mejoraría la calidad del archivo, y por otro que disponemos de unos auriculares de un mínimo de calidad conectados a una fuente que cumpla también con lo básico.

Si además de eso, nos preocupamos por conseguir la edición que mejor suena, todavía mucho mejor. Para los interesados, una posible herramienta con la que filtrar ediciones diferentes es la página Dynamic Range Database, donde se clasifican una gran cantidad de discos según su rango dinámico para cada una las publicaciones del mismo.


Una muestra de las diferencias en el rango dinámico entre diferentes ediciones de un mismo disco.

DONDE ESCUCHAR ARCHIVOS FLAC


Seleccione distintos programas, aplicaciones y reproductores para que puedas disfrutar del audio Hi-Fi donde estés. 


Programas

  1. Foobar2000 (Windows): tiene una interfaz muy simple y permite reproducir toda clase de formatos de música. También disponible para Android e iOS.
  2. AIMP: reproduce cualquier formato y permite organizar las canciones. Disponible también para Android.
  3. Clementime (Windows, Mac y Linux): facilita la búsqueda de archivos del disco duro y permite escuchar canciones de la nube, como Dropbox o Drive.
  4. VLC (Windows, Mac y Linux): popular por su soporte para videos, pero también por admitir audio. También disponible para Android e iOS.
  5. dBpoweramp (Windows y Mac): permite convertir los archivos, es ideal para iTunes, ya que este software reproduce ALAC (Apple Lossless Audio Codec).
  6. Fluke (Mac): se complementa con iTunes para reproducir los archivos sin convertirlos.

Aplicaciones

  1. Pi Player (Android): con una interfaz intuitiva, es liviano y rico en funciones. Incluso tiene un control de audio 3D.
  2. Pulsar (Android): es muy sencilla de usar. Tiene soporte para Android auto y te permite programar para que detenga la reproducción después de un tiempo.
  3. Powerap (Android): es paga, pero ofrece una versión de prueba limitada. Es compatible con todos los formatos conocidos.
  4. Golden Ear (iOS): reproduce los archivos sin convertirlos. También reproduce WAV, AIFF y ALAC.
  5. FLAC Player (iOS): se pueden sincronizar los archivos mediante la interfaz de intercambio de archivos en iTunes o descargarlos con cualquier sistema que ejecute SFTP o SSH.
  6. TuneShell (iOS): reproduce música almacenada en el dispositivo y permite transmitir canciones desde SoundCloud.


Reproductores portátiles
1. Fiio X1
Es un dispositivo que entrega una gran experiencia al ser capaz de reproducir archivos con calidad de máster de estudio, y a un precio que vale completamente la pena.
2. Cowon Plenue D
Es un reproductor portátil que se destaca por su gran calidad y por su bajo costo. Definitivamente suena mucho mejor que cualquier smartphone.
3. Astell & Kern AK100 II
Por su precio, superior al de los modelos anteriores, es para los audiófilos más exigentes, pero este se ve completamente compensado con un rendimiento, simplemente, notable.